ORGULLO
De aqui a la eternidad forjé mi vida,
la llené de caminos con rosales,
quité muchas espinas que me herian,
y no acabé para siempre tantos males.
Apareciste tu, en lejana orilla,
te miré sonreir entre la bruma,
caminé hasta tus brazos displicente,
y la imagen se borró como la espuma.
Más solo una cosa, he aprendido,
que vivir la realidad me fortalece,
te volviste el amor que habia soñado,
y por ese amor, el corazón se enorgullece.
JESUS ALBO
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