FIRME
Tomé el puñal para cortar mi
pecho
Y lo alejé de inmediato de
mi lado,
Sentí temor de ensangrentar
el lecho
Donde sedoso
cuerpo había adorado.
Vino a mi mente como luz del
día
El recuerdo de los instantes
del pasado
Y pensé que morir era una
cobardía
Dejando en sueños lo que
habías amado.
Debes luchar – me dije –
contra todo,
Y si haz de morir que sea en
contienda,
Si el corazón nunca ha
tocado el lodo
Debes hablar de amor y que
te entienda.
Si esa mujer contempla todo
a su modo
Si hay razón con la razón se
enmienda,
Yo soy guerrero que no
doblega el codo,
Un buen jinete jamás suelta
la rienda.
Por eso ahora al tenerla en
mis brazos
Siento su cuerpo radiante de
dulzura
Y quiere el deseo hacerla
mil pedazos
Y en desnudo cuerpo llenarla
de ternura.
JESUS ALBO
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