SALVACIÓN
No hubo estrellas ni cielos
ni Lunas rosando la tez.
LILIANA VARELA
Sabes de mi dolor y mis penas,
sabes de mis ayeres en penumbra,
sabes que al amarte tanto
ni siquiera el sol con sus encantos
el cuerpo desnudo de mi alma
ni con un rayo de su luz se alumbra.
Y aun así me dejas
en esta soledad siempre tan mía,
gritándole a las sombras mis tristezas,
añorando los besos que algún día
fueron el sueño ansiado de tenerlos
y se fueron al aire en los suspiros
que lanzaba a los cielos,
en mi eterna agonía.
¡ Malvada..!
¿Porque te alejas..?
Si tu puedes salvarme todavía...
JESUS ALBO
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